La descarbonización del sector agroalimentario es un desafío crucial en la lucha contra el cambio climático.

Este sector, que abarca desde la agricultura hasta la producción y distribución de alimentos, es responsable de una parte significativa de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, también ofrece oportunidades únicas para implementar prácticas sostenibles que no solo reduzcan su huella de carbono, sino que también promuevan la resiliencia y la eficiencia.

IMPORTANCIA DE LA DESCARBONIZACIÓN EN EL SECTOR AGROALIMENTARIO

 

El sector agroalimentario es vital no solo por su rol en la nutrición mundial y la economía, sino también por su impacto ambiental. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), este sector es responsable de aproximadamente el 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La descarbonización en el sector agroalimentario es, por lo tanto, fundamental para alcanzar los objetivos globales del Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius.

ESTRATEGIAS DE DESCARBONIZACIÓN

Innovación en prácticas agrícolas

Agricultura de conservación: Técnicas como la labranza mínima, la rotación de cultivos y la agricultura de precisión pueden reducir significativamente las emisiones de carbono.

 Uso eficiente de fertilizantes: Optimizar el uso de fertilizantes mediante tecnologías de precisión reduce las emisiones de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero.

Silvicultura y secuestro de carbono

Agroforestería: Integrar árboles en los sistemas agrícolas no solo captura CO2, sino que también mejora la biodiversidad y la salud del suelo.

Manejo de pastizales: Prácticas regenerativas en pastizales pueden secuestrar carbono en el suelo a gran escala.

Energías renovables

Transición energética: Sustituir los combustibles fósiles por energías renovables en las operaciones agrícolas y de procesamiento alimentario.

  Biogás: Utilizar residuos agrícolas y animales para producir biogás puede proporcionar una fuente de energía limpia y reducir las emisiones de metano.

Cadenas de suministro sostenibles

Reducción del desperdicio de alimentos: Mejorar la eficiencia en la cadena de suministro y promover el consumo responsable puede disminuir considerablemente las emisiones asociadas a alimentos no consumidos.

 Logística verde: Implementar sistemas de transporte y logística más eficientes y menos contaminantes.

PRÁCTICAS AGRÍCOLAS SOSTENIBLES PARA MITIGAR LAS EMISIONES 

En la búsqueda de un sector agroalimentario sostenible y responsable con el medio ambiente, la aplicación de prácticas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir la huella de carbono es de vital importancia. Una de las estrategias clave para lograr este objetivo es la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.

Promoviendo y aplicando técnicas como la agricultura de precisión, la diversificación de cultivos y el uso de fertilizantes orgánicos, el sector puede mitigar eficazmente la emisión de gases de efecto invernadero. Además, la optimización del uso del agua y la energía, así como la reducción del desperdicio de alimentos mediante la mejora de las prácticas de recolección y almacenamiento, también pueden contribuir significativamente a la reducción de las emisiones en toda la cadena de valor agrícola. Adoptar e integrar estas prácticas es esencial para que el sector desempeñe su papel en la lucha contra el cambio climático y la reducción de su impacto medioambiental global.

Otro aspecto crucial en la búsqueda de una huella de carbono reducida en la industria agroalimentaria es la transición a fuentes de energía renovables.

La integración de la energía solar, eólica e hidráulica en los procesos de producción y distribución de alimentos representa una oportunidad sustancial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector.

Invirtiendo en la generación de energía renovable in situ y estableciendo asociaciones con proveedores de energía renovable, las empresas agroalimentarias pueden disminuir significativamente su dependencia de los combustibles fósiles y contribuir a la descarbonización del sector. Además, la implantación de tecnologías energéticamente eficientes y la optimización de los procesos de producción para minimizar el consumo de energía pueden consolidar aún más el compromiso del sector con las prácticas sostenibles y de bajas emisiones.

TRANSICIÓN A LA ENERGÍA RENOVABLE EN LOS PROCESOS DE PRODUCCIÓN

 

El cambio hacia fuentes de energía renovables en los procesos de producción del sector agroalimentario es un paso fundamental para reducir su huella de carbono y mitigar el impacto del cambio climático. La adopción de energías renovables, como la solar y la eólica, puede reducir sustancialmente la carga medioambiental asociada a las fuentes de energía tradicionales. Integrando estratégicamente las tecnologías de energía renovable en diversas fases de la producción, como el procesado, el envasado y el almacenamiento, el sector puede lograr reducciones significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, esta transición representa una oportunidad para que las empresas agroalimentarias muestren su liderazgo medioambiental, cumplan los objetivos de sostenibilidad y contribuyan a una industria más ecológica y resistente en su conjunto.

El nombramiento por parte del gobierno de dos comisarios para los proyectos PERTE Agroalimentación y Descarbonización supone un paso importante para proporcionar el apoyo y la orientación necesarios para la transformación del sector agroalimentario.

PERTE AGROALIMENTARIO

El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) Agroalimentario es una iniciativa del gobierno español que busca fortalecer la cadena agroalimentaria del país, proporcionando las herramientas necesarias para abordar futuros desafíos en los ámbitos medioambiental, digital, social y económico. Este proyecto cuenta con una inversión pública de más de 1.000 millones de euros y se espera que genere un impacto económico de 3.000 millones de euros y la creación de 16.000 empleos netos para 2023.

El PERTE Agroalimentario se articula en torno a tres ejes prioritarios:

  • Apoyo específico a la industria agroalimentaria: Mejorar los procesos de producción, la competitividad, la sostenibilidad y la trazabilidad, con una dotación de 400 millones de euros.
  • Adaptación digital: Apoyar la digitalización de todos los agentes de la cadena de valor, desde agricultores y ganaderos hasta las PYMEs de producción y comercialización, con una dotación de 454,35 millones de euros.
  • Investigación, innovación y transferencia tecnológica: Promover la innovación y el desarrollo tecnológico con un presupuesto de 148,56 millones de euros.

Entre las acciones específicas del PERTE, se encuentran incentivos para el uso de energías renovables, la sensorización y automatización de procesos agrícolas y ganaderos, y la gestión de subproductos y residuos ganaderos. También incluye proyectos tractores que tienen un objetivo demostrativo y buscan servir como modelo para otros actores del sector.

La gestión de este proyecto es codirigida por los ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación e Industria, Comercio y Turismo, y se prevé la creación de una estructura de apoyo que integre a todas las administraciones, entes públicos, comunidades autónomas e institutos de investigación, así como operadores privados interesados.

Esta iniciativa forma parte de un paquete de financiación más amplio que, junto con la Política Agrícola Común (PAC) y otros fondos, representa la mayor inversión pública en la historia del sector agroalimentario español, con más de 50.000 millones de euros proyectados para el próximo quinquenio.

PERTE DE DESCARBONIZACIÓN

El PERTE de Descarbonización Industrial en España es un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica con un enfoque en la descarbonización de la industria manufacturera. Fue aprobado por el Consejo de Ministros el 27 de diciembre de 2022. El objetivo de este proyecto es apoyar a la industria en la transición hacia modelos y procesos más sostenibles y con menores emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así al objetivo de alcanzar la neutralidad climática para el año 2050.

Este proyecto prevé una inversión pública significativa que busca movilizar aún más inversión total. Se espera que las inversiones en descarbonización y modernización de la industria impulsadas a través de este PERTE incrementen la competitividad del sector a nivel internacional. Los sectores beneficiados incluyen la fabricación de productos minerales no metálicos, la industria química, la metalurgia y la fabricación de papel, entre otros, así como grandes instalaciones de combustión en diversos sectores, incluyendo la industria de alimentación y bebidas.

Las actuaciones previstas en el marco del PERTE de Descarbonización Industrial se desarrollarán entre 2023 y 2026, aunque se contempla que los proyectos puedan finalizar más tarde. Se prevé una inversión total que, en conjunto, rondaría los 11.800 millones de euros, con una contribución pública que ascendería a 3.100 millones de euros. La financiación para este PERTE proviene en parte de fondos destinados a actuaciones para la descarbonización de la industria manufacturera.

El proyecto también tiene un fuerte componente de innovación, fomentando la protección del medio ambiente y mejorando la eficiencia energética a través del uso de tecnologías más limpias y energías renovables. La gestión y coordinación del PERTE se realiza bajo la dirección de un Comisionado Especial, con la supervisión del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Para más detalles sobre este PERTE, puedes consultar el resumen ejecutivo en la página del Plan de Recuperación del Gobierno de España.

EL SECTOR AGROALIMENTARIO COMO MOTOR INDUSTRIAL 

El sector agroalimentario, como eje de la industria española, ocupa una posición crítica en el panorama económico y social del país. Su transformación sostenible y su descarbonización son de vital importancia, no sólo desde una perspectiva medioambiental, sino también para garantizar un marco industrial resistente y preparado para el futuro.

Los recursos e iniciativas actuales dedicados a la transformación sostenible del sector agroalimentario parecen insuficientes, por lo que existe una necesidad acuciante de reforzar el apoyo financiero, la innovación tecnológica y los marcos políticos estratégicos para permitir al sector una transición eficaz hacia un modelo sostenible y de bajas emisiones.

DESCARBONIZACION EN EL SECTOR AGROALIMENTARIO

Reforzando las infraestructuras del sector, mejorando la eficiencia de los recursos y fomentando una cultura de innovación y sostenibilidad, España puede garantizar que su industria agroalimentaria siga prosperando al tiempo que minimiza su huella medioambiental y contribuye a la lucha mundial contra el cambio climático.

APOYO FINANCIERO A LAS INICIATIVAS DE DESCARBONIZACIÓN

El apoyo financiero para las iniciativas de descarbonización en el sector agroalimentario en España se manifiesta de varias maneras, incluida la inversión en tecnología y proyectos sostenibles.

El sector agroalimentario en España está viviendo una transformación decisiva hacia proyectos más sostenibles y eficientes, con apoyo público a nivel regional y nacional. Existe un ecosistema importante en torno a la innovación agrícola en el país, desde empresas multinacionales hasta startups y PYMEs, que están desarrollando múltiples soluciones para promover un sistema agroalimentario altamente eficiente y sostenible. La biotecnología verde, los sistemas de cultivo automatizados, la robótica aplicada a la agricultura y la gestión del agua, así como los nuevos sistemas de cultivo, son solo algunas de las áreas de innovación.

El sector también atrae inversiones importantes. El espacio Foodtech en el último año alcanzó hasta 268 millones de euros, marcando un aumento del 9,38% desde el año anterior. Las proteínas alternativas son un área particularmente destacada, con una notable presencia de inversores internacionales. Estos esfuerzos no solo están dirigidos a mejorar la sostenibilidad y la eficiencia, sino también a mejorar la transparencia y la trazabilidad en la cadena de valor.

Para facilitar estas transformaciones, se están proporcionando incentivos financieros y ayudas tanto a nivel nacional como regional para proyectos de inversión. Estos esfuerzos colectivos son fundamentales para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible y para abordar los desafíos de seguridad alimentaria y conservación de la biodiversidad, reconociendo que la producción agroalimentaria tradicional y sostenible es fundamental y está estrechamente interconectada con estos desafíos.

Estas acciones y la financiación disponible reflejan un compromiso integral con la descarbonización y la sostenibilidad en el sector agroalimentario, reconociendo su importancia estratégica no solo para la economía sino también para el tejido social y cultural de España.

Impacto del aumento de los costes energéticos y el imperativo de soluciones alternativas

La escalada de los costes energéticos, impulsada por la volatilidad de los mercados energéticos mundiales, subraya la necesidad acuciante de que el sector agroalimentario explore y adopte soluciones energéticas alternativas y rentables.

La resistencia y el desarrollo sostenible del sector dependen de su capacidad para mitigar el impacto de la subida de los precios de la energía, sobre todo ante sus considerables necesidades energéticas para la producción, la transformación y el transporte.

Al dar prioridad a la diversificación energética, mejorar la eficiencia energética y adoptar fuentes de energía renovables, las empresas agroalimentarias no sólo pueden amortiguar el impacto del aumento de los costes energéticos, sino también contribuir de forma tangible a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y a la lucha contra el cambio climático.

Priorizar la sostenibilidad y la resiliencia frente al cambio climático

Priorizar la sostenibilidad y la resiliencia en el sector agroalimentario frente al cambio climático significa implementar prácticas que aseguren la capacidad de las operaciones agrícolas para sobrevivir y prosperar frente a los eventos climáticos adversos. Al mismo tiempo, estas prácticas deben contribuir a la mitigación del cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la captura de carbono.

Esto implica una transición hacia sistemas agrícolas más ecológicos que enfaticen la conservación del agua, la mejora de la salud del suelo y el uso de energías renovables. La rotación de cultivos, la agroforestería y la agricultura de conservación pueden mejorar la resiliencia del suelo y la eficiencia del agua, lo que es fundamental para la adaptabilidad de la agricultura ante condiciones climáticas cambiantes.

El sector agroalimentario también puede avanzar hacia una mayor resiliencia económica diversificando los cultivos y los mercados para reducir la dependencia de productos individuales que podrían verse afectados por el clima. Además, las inversiones en tecnología, como la agricultura de precisión, pueden permitir una gestión más eficiente de los recursos y una mejor respuesta a las condiciones ambientales fluctuantes.

La resiliencia climática en la agricultura va de la mano con las prácticas sostenibles que buscan reducir la huella ambiental general de la producción de alimentos. Esto incluye, pero no está limitado a, la reducción del uso de fertilizantes y pesticidas sintéticos, la implementación de prácticas de ganadería sostenible y la reducción del desperdicio de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro.

Construir un sector agroalimentario sostenible y resiliente implica tomar decisiones a largo plazo que consideren la salud del planeta y las generaciones futuras, así como la viabilidad económica inmediata de las operaciones agrícolas.

EL FUTURO DEL SECTOR AGROALIMENTARIO

El futuro del sector agroalimentario está inexorablemente entrelazado con su capacidad para adoptar prácticas sostenibles y de bajas emisiones, reforzar su resistencia frente al cambio climático y alinearse con los imperativos de descarbonización mundial. Dando prioridad a la sostenibilidad medioambiental, impulsando avances tecnológicos e innovadores y fomentando asociaciones estratégicas, el sector puede trazar una trayectoria hacia un futuro más resiliente, de bajo impacto y responsable con el medio ambiente. La confluencia de prácticas agrícolas sostenibles, integración de energías renovables e intervenciones políticas estratégicas es la clave no sólo para mitigar la huella medioambiental del sector, sino también para garantizar su crecimiento continuado, su relevancia y su gestión medioambiental en las próximas décadas.

Al impulsar un cambio transformador en toda la cadena de valor agroalimentaria, desde la producción y la transformación hasta la distribución y el consumo, el sector puede desbloquear nuevas oportunidades de liderazgo medioambiental, eficiencia operativa y sostenibilidad a largo plazo. El imperativo de conseguir un sector agroalimentario sostenible y con bajas emisiones requiere un esfuerzo global y concertado para revisar las prácticas existentes, adoptar la innovación y fomentar una cultura de responsabilidad medioambiental. Al impulsar un cambio transformador en toda la cadena de valor agroalimentaria, desde la producción y el procesamiento hasta la distribución y el consumo, el sector puede desbloquear nuevas oportunidades de liderazgo medioambiental, eficiencia operativa y sostenibilidad a largo plazo.
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